De
vez en cuando, miramos al cielo y éste se ve cubierto de globos, de variados
tamaños, colores y formas. Cuando nos dicen que dichos globos son oportunidades
en la vida para ser feliz, intentamos desesperadamente atraerlos para llevarlos
a la Tierra, incluso somos capaces de dispararles para lograrlo. Pero es que no
nos damos cuenta, que esos globos están hechos para permanecer en el aire, y lo
único que necesitamos es ese salto nuestro para poder alcanzarlos, abrazarlos y
permanecer flotando en el cielo azul.
Porque la felicidad no se
alcanza hasta que demos el salto.
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