jueves, 10 de diciembre de 2015

Lo dinámico y lo estático en la Vida

La Vida
El hombre que vive define la vida como todo lo que puede hacer en este mundo terrenal antes de pasar al mundo celestial. 
El hombre que ha vivido plantea que no importa lo que uno hace en la Tierra, el legado que este deja, sino que importa más el recuerdo que pueda dejar en la mente de sus seres queridos u otras personas, que la vida celestial es solo un descanso de lo bueno. 
El hombre que aún no vive y que yace en el vientre de su madre solo quiere abrir los ojos de una vez por todo y vivir a través de sus sentidos. 
El hombre enfermo define la vida como un pródromo a la muerte programada que le causa su enfermedad, por lo tanto intenta satisfacer todo instinto o sensación que tenga dentro de sí mismo antes de que el verdugo se lo lleve. 

Y tú, ¿por qué vives? 
No sé por qué vivo, por qué estoy en este mundo, o por qué respiro este aire. Ni siquiera sé lo que es la vida, ¿esperas que plantee la razón por la que vivo?
¿Qué es la vida? 
¿Un enigma, un misterio, un acertijo a resolver? 
¿Una llamada, una mirada, el beso de una amada? 
¿Correr, saltar, leer, descansar, todo eso es vida? 
¿Y si no hago todo esto, entonces puedo afirmar que estoy vivo?

La vida... La vida es un rompecabezas. 
¿Un rompecabezas? 
Sí, pero no en el sentido de que es algo complejo o difícil de explicar, imagínalo de esta forma: 
El rompecabezas completo simboliza toda tu vida, cada pieza es parte de una memoria o evento importante, tal vez la cara de cierta persona, o las lágrimas de otra, un perro, un gato, un peluche muy querido. Todas las piezas son del mismo tamaño, pero no todas forman imágenes de igual valor. Una relación que hayas tenido antes y que haya terminado, quizá ocupe muchísimo más espacio que las otras, lo mismo sucede con tu familia. Cada pieza cae a su propio ritmo, y cae en el lugar preciso, puesto a que así estamos diseñados. 
Pero, hay veces en que le exigimos a la vida a que funcione más rápido. Esta es la causa de los dolores, o de las piezas que caen muy rápido y no quedan bien insertadas, en el lugar donde deberían estar. Esa sensación de no encajar nos causa dolor, y nos vemos obligados a remover la pieza para guardarla, o para colocarla bien en el rompecabezas, sabiendo que su presencia podría ocasionarnos dolor. Si la ponemos bien, la pieza nos causa dolor pero irá al lugar correcto, y aprenderemos de ello; si decidimos quedarnos con la pieza en la mano o arrojarla lejos nos podemos deshacer del dolor, pero no sentiremos la felicidad de aprender de ella. 
Sin embargo, el poner una pieza que nos cause dolor no supera el sacar piezas que ya pusimos. Al momento de sacar piezas o borrar imágenes completas, puede que no sintamos dolor, pero después de un tiempo será peor, y pensaremos por qué hicimos aquello. 
¿La vida? La vida es un rompecabezas complejo, cada pieza es importante y única, felicidad, dolor, aprendizaje y amor.

No me convence tu explicación. 
¿No? ¿Por qué? 
Porque la vida no puede ser algo estático, la vida es dinámico. Tú planteas que cada situación está definida así de antes y no se puede hacer nada al respecto porque causa dolor. 
Vaya, tienes razón en eso, pero ruego me expliques, ¿Qué es la vida para ti?

La vida es un sendero, eventualmente tiene fin pero tus ojos solo son capaces de ver hasta cierto punto. Tú caminas por este sendero, pero caminas solo. 
A veces hay sol, a veces hay lluvia, nieve, calor, frío, humedad, etc. Vas pasando numerosas pruebas por este camino, saltar un barranco o cruzar un puente por ejemplo.
Si bien, caminas solo por tu sendero, no estás solo. Hay muchos otros senderos por ahí, a veces se cruzan, a veces caminan en forma paralela, a veces se destruyen o desaparecen, y a veces se alejan así como así. 
Caminan, caminan a tu lado, te hacen reír o te hacen llorar, te hacen sentirte bien o sentirte mal. ¡Te dan provisiones! O te las pueden robar. Pueden ser amigos, o pueden hacerse pasar por ellos. 
A veces llegas a un cruce en los caminos, y te ves obligado a elegir uno de ellos, pero no tienes nunca la certeza de cómo va a ser ese camino. Puedes ver un camino despejado que termine en la cima de un volcán, tal como puede haber un camino que sea un bosque frondoso y aburrido todo el tiempo, o podría ser un camino que comienza como un sendero de hiedras venenosas y termina como una caminata a las orillas de la playa, con el sonido del mar de fondo. 
Pero, no tienes por qué hacer este camino solo, ¡si vas caminando al mismo ritmo que muchas otras personas! Siempre puedes pedirles una mano. 
Sin embargo, no puedes hacer que ellos te lleven de la mano o dejar que ellos se metan en tu camino. El camino es tuyo y lo haces tú mismo, puedes ir acompañado a los lados, pero no enfrente y tampoco por detrás. 
Elegiste el camino de las hiedras como desafío, pero no sabes cómo pasar. Puedes pasar así, desnudo, y arriesgas la vida, o puedes vestirte, sin saber cuánto te puede tardar de verdad. Puedes intentar cortar la hiedra con un cuchillo, pero, ¿y si no tienes uno? Puedes armarlo tú mismo con tus experiencias previas, o pedírselo a alguien para devolverle el favor eventualmente.

Te has desviado mucho del tema. 
Ah sí, así es. 
¿Cuál es tu definición de vida entonces? 
Vida es todo el camino que hemos recorrido, poder mirar atrás y ver cómo hemos crecido es el regalo que nos trae el vivir. Lo que queda por delante es un desafío a nosotros mismos, sobre qué camino queremos tomar, y junto a quienes, además de cómo hacerlo y abordarlo. 
Recuerda caminar con la mirada hacia en frente y no hacía atrás. No puedes volver por el sendero que dejaste y tomar otro camino, tal como no debes tener miedo de la curva que hayas tomado. Debes enfrentarlo y aprender de él, el mirar hacia atrás que solo sirva para ayudarte en seguir hacia adelante.

Entonces, ¿por qué vives? 
Vivo para vivir, y todo lo que eso conlleve. Vivo para ser feliz y hacer a otros felices. Vivo aunque me arriesgue a poner piezas mal y recibir dolor, pero también vivo para armar mi propio sendero y ver la vida que voy dejando 

En resumen, yo vivo
No importa tanto el por qué 
Yo quiero estar con vida

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