jueves, 10 de diciembre de 2015

Como hojas, viento

Con el caer de las hojas, nos damos cuenta de la fugacidad del tiempo. A medida que comienzan a cambiar su color a tonos naranjos, pensamos como un símbolo de vida es capaz de desprenderse de su raíz y morir en el suelo que pisamos todos los días...
Pero, eventualmente, las volvemos a ver como siempre en los árboles, entregándonos esa energía verde radiante que conocemos claramente, reflejo del sol que ilumina nuestros días.

¿Mentira hermosa?

La Vida le preguntó a la Muerte, "Muerte, ¿por qué las personas me aman, pero a ti te odian?". Entonces la Muerte le respondió: "Porque tú, Vida, eres una mentira hermosa, y yo una horrible verdad."

Globos por el aire

De vez en cuando, miramos al cielo y éste se ve cubierto de globos, de variados tamaños, colores y formas. Cuando nos dicen que dichos globos son oportunidades en la vida para ser feliz, intentamos desesperadamente atraerlos para llevarlos a la Tierra, incluso somos capaces de dispararles para lograrlo. Pero es que no nos damos cuenta, que esos globos están hechos para permanecer en el aire, y lo único que necesitamos es ese salto nuestro para poder alcanzarlos, abrazarlos y permanecer flotando en el cielo azul.

Porque la felicidad no se alcanza hasta que demos el salto.

Como teclas del piano

La vida es como un piano. Las piezas blancas representan felicidad, mientras que las piezas negras tristeza. Pero mientras vas avanzando por la aventura de la vida nunca olvides, las piezas negras también hacen música.

Bailar el recuerdo

"Sabía que no le quedaba mucho por vivir, y sin embargo, ahí estaba, ofreciéndome su mano para un último baile. Fui incapaz de contener el llanto, y a medida que las lágrimas comenzaban a rodar por mi vestido, y nuestros cuerpos se mecían al ritmo de la música, él se movía lentamente, como si fuese yo quien abandonaría la Tierra en unos días. Una de mis manos en su cabeza pelada me acordaba del destino que nos separaría, pero en ese momento, yo solo quería bailar, para ser capaz de despedirme con aquel recuerdo de nuestra vida juntos, los dos."

Parte del presente

- Entramos y salimos de la vida de mucha gente, somos piezas importantes del pasado de muchas personas, pero no siempre nos quedamos para acompañarlas en su futuro. Son tantos los factores que influyen en esto que no vale la pena discutirlos, y no quiero discutirlos contigo. Tú no estuviste conmigo en mi pasado, en los peores o en los mejores momentos que viví en ese tiempo, pero, el tiempo que he pasado contigo en el presente hace que me den ganas de que estuvieras en mi pasado. Por eso, te pregunto hoy y ahora, porque si bien soy dueño de mi futuro, no puedo estar seguro de lo que vaya ocurrir en él... Quiero... quiero decirte que yo quiero vivir mi presente conti... - fue interrumpido mientras ella interpuso el dedo índice de su mano derecha sobre los labios de él. 
- Idiota, hace tiempo que soy parte de tu presente, tal como tú eres parte del mío - dijo, a medida que se acercaba para darle un beso, a medida que se apoyaba con sus brazos en los hombros de una parte de su presente.

¿Se necesitan alas para poder volar?

Cuando la luz divina creó a los hombres, los dividió en dos grandes grupos: aquellos alados que nadarían en los aires, y aquellos terrestres sin alas que se arrastrarían por la Tierra. Los seres alados felices daban vueltas entre las nubes, gritando, cantando, todos ellos celebrando el milagro de volar, mientras que los seres terrestres los observaban desde el suelo, molestos.

- ¡¿Por qué, señor, nos has hecho a nosotros tristes en el suelo y a ellos felices volando por los aires?!

Pero la luz jamás respondía. 

Cada cierto tiempo, uno de los seres alados por pasarse de listo e intentar atravesar el cielo era castigado y sus alas se le caían, viéndose forzado a vivir en el suelo. El nuevo ser intermedio se deprimía en este ambiente, sin las alas que le garantizaban la felicidad y le dejaban estar con el resto de su familia voladora.

Sin embargo, los seres terrestres no tenían lo mismo que los alados, puesto que estos seres que con sus pies besaban el suelo no podían ser "bendecidos" y volverse seres alados. Muchos intentaron llegar al cielo, construyeron múltiples formas que los inspiraban y animaban para seguir con vida. Era la primera vez que se podían ver felices estos seres.

Pero, nunca lo lograron. Nunca pudieron ser capaces de elevarse y volar.

Al tercer año de este juego, uno de los alados, el más feliz del grupo, perdió sus alas en una injusticia, y cayó en picada a suelo de los terrestres. Al momento de caer, miró al cielo y le dijo a la Luz:

- ¿Por qué me has hecho esto? Yo era feliz allá arriba.

Pasaron los días y el alado más feliz pasó a ser el terrestre más triste del grupo. 

En uno de estos días llegó la lluvia, y tapó la luz. El ex-alado feliz comenzó a escuchar la lluvia, e intentó seguir el sonido a donde sonaba más fuerte. En un par de días de caminata, arrastrándose por el suelo, logró llegar a este lugar que hacía ruido.

Era agua, una infinidad de agua, hasta donde él podía extender la mirada. El brillo en su cara apareció nuevamente, y sin dudarlo dos veces se sumergió en este inmenso mar.

Nuevamente fue feliz, pues sintió que podía volar en esta infinidad de agua.

Unos cuantos terrestres que lo habían seguido sintieron lo mismo, y sin dudarlo se lanzaron al mar, a volar como lo hacían sus compañeros.

No se necesitan alas para poder volar. 

La felicidad se encuentra donde uno la busca, no donde uno la envidia.